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Marcel Granollers
un Tenista 'autodidacta' y muy exigente consigo mismo
Barcelona, .- Marcel Granollers: un tenista 'autodidacta' y muy exigente consigo mismo.
Hombre de familia, valora y saborea cada éxito como si fuera el primero. El último: su mejor ranking ATP.
Marcel Granollers es un hombre de familia “y un jugador de diez”. Sus padres, Montse y Xavier, y su hermano menor, Gerard, de 20 años, tenista como él y con quien comparte vivienda, conforman el pilar en el que se apoya. Con ellos disfruta de los buenos momentos y con ellos padece cuando las cosas se tuercen.
Granollers es coetáneo de Rafa Nadal. Ellos dos y Tomeu Salvà formaron un equipo que les hizo campeones de Europa y del mundo en las categorías inferiores. Crecer a la sombra de Nadal, para alguien menos realista que Marcel, habría sido duro. Ya dicen que las comparaciones son odiosas. Pero él siempre ha tenido claras las cosas: “Rafa es un fiera, un crack que tenemos en casa. Es una satisfacción para nosotros y también un espejo en el que mirarse y aprender”.
El catalán ha ido buscando sin prisa pero sin pausa su sitio en el mundo de la raqueta. La cogió por primera vez con cinco años y dos décadas más tarde la agarra con más fuerza que nunca. Y eso que no tiene entrenador. “No he tenido suerte”, confiesa aunque Granollers no desespera, tiene intención de buscar a alguien cuando concluya la temporada y destaca que “me exijo más si cabe en cada entrenamiento, en cada partido, sabiendo que no tengo a nadie detrás”. Algunos amigos le han estado ayudando en momentos puntuales, bien su preparador físico, Sergi Valldaura, bien algunos compañeros de dobles, disciplina en la que no sólo se defiende sino que en octubre del año pasado llegó a ser el cinco del mundo. “Me gusta, supone otro reto”, dice.
Para Granollers el principal desafío ha sido y es evolucionar. Teniendo en cuenta que, además, su juego combina los golpes de fondo con la definición en la red, esa evolución ha sido más larga... y él promete que lo pondrá todo de su parte para seguir progresando. “El tenis es un deporte muy exigente por lo que uno no se puede despistar. Yo siento que evoluciono con la ayuda de la experiencia y la madurez”, explica con tranquilidad antes de señalar cuál es el secreto: “el trabajo, no hay más”. Marcel siempre suda la camiseta, no lo entiende de otro modo.
No es de los que están constantemente bajo los focos ni de los que buscan polémicas o enfrentamientos. En el mundo del tenis todos le conocen. Sus compañeros tuvieron que convencerle para que, como ellos, abriera una cuenta en Twitter. Y ha sido a través de la red social donde se ha apreciado el cariño que sienten por él con un aluvión de felicitaciones tras su primer título en pista cubierta. Granollers está viviendo sus días más felices ¿deportivamente hablando¿, alcanzando el mejor ranking de su carrera (desde ayer, el 28 del mundo) y la posibilidad de estar en su segunda final de Copa Davis en cuatro años.
Ayer voló a París para competir en Bercy, último Masters 1000 de la temporada. Viajó con Juan Mónaco... y a su llegada se dirigieron al Palais Omnisports para entrenarse juntos. Buen tenis... y buen rollo.
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