Cómo muy bien apunta Wyn, la clave está en saber perder y/o tener capacidad (tanto económicamente como psíquicamente) para soportarlo. Aprender de las derrotas y que sirvan como experiencia.
El problema es cuando éstas se ponen en la balanza y desequilibran.
De todas formas querer serlo no es tan duro como serlo.
