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Un sueño aún incompleto

Paris, 03/06/2005.- Un sueño aún incompleto

Ningún regalo mejor que clasificarse para una final de Roland Garros. Rafa Nadal asociará por siempre el día de su decimonoveno cumpleaños a una excelente victoria sobre el número uno mundial, el suizo Roger Federer, 6-3, 4-6, 6-4, 6-3, en 2h.47'.

La que le abrió el camino a la disputa directa por la Copa de los Mosqueteros, mañana (15.00 horas) contra el argentino Mariano Puerta, vencedor del ruso Nikolay Davydenko, 6-3, 5-7, 2-6, 6-4, 6-4, en 3h.29'.

Hubo sorpresa a la conclusión de la comparecencia ante los medios de comunicación. Pau Gasol entró en la sala empujando una mesa que contenía un pastel de cumpleaños. También había champán, pero Rafa Nadal no probó ni el dulce ni la bebida espumosa. Sólo dio cuenta de un vaso con zumo de naranja.

Era una fecha señalada por tratarse de su 19º cumpleaños, pero en el calendario del manacorí el día subrayado con trazo grueso es el de mañana, domingo día 5.

“No habrá mucha celebración. Es muy tarde (pasadas las diez de la noche), todavía debo darme un masaje y como mucho tendré tiempo para cenar. Además, el domingo tengo el partido más importante de mi carrera”.

La fiesta grande, la que él persigue, pasa por levantar la Copa de los Mosqueteros. “Será una final complicadísima. Puerta está jugando increíble. Lo haré lo mejor que pueda, ya que sólo así podré ganarla”.

Nadal no se fía, aunque el argentino no tenga el cartel de Roger Federer. Este mismo avisó de que “no debemos subestimar a Puerta”. Y el manacorí no lo hará. Será un choque de debutantes. “Habrá nervios –señaló el español–, los lógicos de una final, pero yo ya tengo experiencia en finales importantes, como las de Barcelona, Montecarlo y Roma. Además, no creo que haya más presión que en una final de la Davis”.

Nadal llegará además “con mucha confianza, derrotar a un número uno como Roger Federer es un premio extra. Es increíble ganar a uno de los grandes de la historia del tenis”. No regateó elogios al helvético. “No es un número uno sólo como tenista, sino en todos los aspectos”, dijo. Y alabó su deportividad exquisita.

En esa línea de admiración a Federer, subrayó que “lo extraño es que él todavía no haya ganado Roland Garros, aunque seguro que algún día lo hará. Es el mejor hasta en arena. Cuando juega muy bien, como en el segundo set, es imparable. Es el mejor”. E incidió en la segunda manga que se llevó el suizo. “No podía hacer nada. Atacaba con su derecha a mi revés, y no podía hacer nada. Me comía el terreno”.

Fueron los momentos mágicos del rival, como él mismo dijo. “He empezado y acabado mal, la mejor parte fue la del medio. Pero en este partido él fue mejor que yo, estuvo más sólido. Se hizo merecedor de la victoria”. Y no quiso centrarse en el factor tierra batida para explicar la derrota. “Ahora mismo estoy decepcionado porque he sido dominado, pero estoy seguro de que aquí me quedan muchas cosas buenas que hacer. Volveré motivado y con confianza”.

Puerta no se lo cree

Rafa Nadal estaba satisfecho, pero era evidente que guardaba mucha felicidad para adelante. Su objetivo es levantar el trofeo, una posibilidad que entraba desde el principio dentro de la lógica después de su perfecta campaña en los torneos previos, aun siendo novato.

La final no entraba, sin embargo, en los pronósticos más optimistas de Mariano Puerta, a quien un caso de dopaje parecía haber enterrado hace poco más de un año.

“No puede haber persona más feliz en el mundo que yo en este momento”, clamó el argentino. “Es un sueño hecho realidad, no me lo puedo creer todavía. Esto es todavía un poco más increíble después de lo que he pasado los últimos cuatro años”. Antes de la sanción de nueve meses, había pasado un calvario de tres temporadas por una lesión de muñeca.

“El partido contra Nadal será una batalla. Ambos somos zurdos y tenemos la misma gama de golpes. Y llegamos con muchísima confianza”, concluyó Puerta

Ángel Rigueira / PARÍS /Mundo Deportivo