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Garcia López a cuartos por la puerta grande

California, .- A cuartos por la puerta grande

Guillermo García López se ha clasificado para los cuartos de final del torneo de San José tras doblegar en dos horas y 22 minutos al alemán Benjamin Becker (111 de la ATP) por 3-6, 7-6 y 6-4. El español ha tenido que volver a remontar un set en contra y sobreponerse al talento de un rival envalentonado.

El inicio del partido fue caótico para Guillermo. En un abrir y cerrar de ojos, el cañonero Becker se había colocado con 3-0 en el marcador.

Cundió el pánico. De los primeros 14 puntos en juego, Guillermo únicamente se había hecho con dos. Además, había entregado su servicio a las primeras de cambio son suma facilidad: dos dobles faltas y un juego en blanco.

El panorama era agobiante para el español. Pero aún así, con todo en contra y un rival crecido y en racha, se levantó. Lo hizo con arreones de garra, de coraje. Y no le salió mal la jugada. Paró el ritmo, templó y comenzó a mandar.

Si bien, la reacción ya fue tardía. Entre Becker y Guillermo tan sólo había un break de diferencia, aunque el alemán no dio ni un instante de tregua con su servicio. Se llevó la primera manga por 6-3, con siete saques directos y ganando el 75% de los puntos con su saque. Ante eso, sólo quedaba bregar.

REACCIÓN
Guillermo no se amilanó. Espabiló y empezó dando duro desde el inicio del segundo parcial. Quiso demostrar su autoridad. Y logró, por fin, debilitar al alemán. Le rompió el saque con un juego al resto magistral. No fue definitivo, pero le ayudó gestionar de forma más eficiente la valentía de su rival.

Al español no le duró mucho la ventaja porque Becker reaccionó con un break, si bien, el alemán dejó de ser infalible –cedió en el cuarto juego tres bolas de ruptura que salvó con dos saques directos-. Había vida. Guillermo se enfundó en el traje de héroe y se lanzó a por la remontada. Acostumbrarse a sufrir es en ocasiones una ventaja competitiva difícil de igualar.

Ante esto, Guillermo desplegó su plan. Y éste no era otro que ponerse el mono de trabajo. Tirar por la tremenda. Recuperar el frenesí de su juego. Era cuestión de tiempo. Eso obligó a Becker a jugar al límite. En el sexto juego, el alemán tuvo que apelar a la épica para salvar tres bolas de break.

El español trasladó toda la presión al germano en dos ocasiones. La primera tras obligarle a ganar su saque para prolongar el parcial (5-5) y la segunda para evitar la muerte súbita (6-6). Respondió con apuros, pero forzó el desempate.

Una vez más, Guillermo se veía abocado al fracaso o al éxito. Al cruel destino. No fue fácil encarar el tie break para el español. Se vio merodeando con el riesgo, pero esta vez tuvo sangre fría. Fue metódicamente calculador, como si de un asesino en serie se tratase.
Posiblemente era su única escapatoria. Apretó y Becker se acongojó. El manchego dominó y pronto abrió distancia en el marcador (6-3). De un plumazo, la agonía y la desesperación se convirtieron en esperanza.

A CONFIRMAR LA REMONTADA
Dio la sensación de que la tesitura que había tomado el duelo favorecía al español. Más que nada porque desde que arrancó su periplo en San José ha tenido que apelar al sufrimiento. Y después de levantar una bola de partido contra Melzer, cualquier reto, por complicado que sea, parece accesible.

Becker dio muestras de acusar el varapalo del segundo parcial. A las primeras de cambio se encontró con un Guillermo dispuesto a romper el encuentro con un break inicial. Dio El zarpazo llegó con la rotura del de La Roda del saque de su rival en el tercer juego.

A partir de ese momento, el choque enloqueció. No hubo patrón, sólo pasión, frenesí. Cuando parecía que Guillermo había roto el encuentro, Becker reaccionó. Igualó la manga (3-3) y la agonía volvió a aparecer por la mente del español. Estaba en apuros, pero justo ahí reaccionó. Levantó un 40-0 al resto y se lanzó de forma despiadada a por el triunfo. Dos fogonazos y se colocó con 5-3 a un paso de confirmar la remontada.

La gesta no tardó en corroborarse (6-4). Otra vez, como en primera ronda, Guillermo acabó como un héroe. Cree en sí mismo, se siente capaz de superar cualquier reto y no tiene ningún lastre que le frene. Es Willy, el héroe que sueña con hacerse más grande en California.

Departamento de comunicación de G García López


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