Noticias:

Beijing 500

Beijing 500
Rafael Nadal

Nadal cae ante Cilic en semis

Pekin, .- Un ciclón llamado Cilic.

El croata derrota a Nadal en menos de una hora y media y disputará la final ante Djokovic.

Marin Cilic (20-9-88) nació ocho años después de la muerte de Tito y tres antes del inicio del conflicto civil que desmembró Yugoslavia. Como Ivan Ljubicic, creció en suelo bosnio, aunque su localidad, Medjugorje, donde seis niños aseguraron haber visto a la Virgen María en 1981, se salvó milagrosamente de las bombas. Muchos pueblos vecinos quedaron destruidos. Los combates se iniciaron el mismo año en que Medjugorje inauguró su primera pista de tenis. "Mis amigos y yo fuimos los primeros en jugar allí", recuerda el croata, decimoquinta raqueta del mundo pero a quien se augura un futuro mucho más alto, casi tanto como su estatura (1,98 m.). Una nueva prueba de ello ofreció en las semifinales del Abierto de China tras barrer de la pista a Rafael Nadal, a quien nunca antes se había enfrentado, por un contundente 6-1 y 6-3. El domingo disputará su tercera final del curso ante Novak Djokovic.

El croata cedió apenas ocho puntos en el primer parcial, dos de ellos con su servicio, resuelto en menos de media hora. Alejado de la línea, incapaz de encontrar la profundidad y los ángulos necesarios para incomodar al gigante, el número dos del mundo sufrió un martirio constante.

Cilic, anclado al centro de la pista, repartió como y donde quiso con su derecha paralela y su demoledor revés cruzado a dos manos. Tan a gusto se sintió el joven de 21 años sobre la pista en la que Nadal se proclamó campeón olímpico hace poco más de un año que incluso, en ocasiones, rindió homenaje al maestro Ivanisevic, hasta hoy el mejor jugador croata de la historia, con alguna subida a la red. No insistió más en esa suerte del juego porque no se hizo necesario.

Los desastres de la guerra no le apartaron de su destino, el que comenzó a dibujar su progenitor. "Mi padre quiso que mis hermanos mayores, Vinko y Goran, y yo tuviéramos la oportunidad de practicar en serio algún deporte, porque él no tuvo la oportunidad", explica el jugador, campeón al inicio del año de los torneos de Chennai y Zagreb, dos trofeos que añadir a un palmarés inaugurado la temporada anterior en New Haven. "Pronto descubrí que tenía talento para el deporte", añade. "Jugaba al fútbol y al balonmano, pero una visita de mi prima Tanja cuando tenía siete años me introdujo en el tenis".

Tras las primeras victorias, llegó lo más duro, el viaje a Zagreb, adiós a la protección familiar, para convertir la afición en profesión. Allí esperaba Ivanisevic, el mito, entonces en el otoño dorado de su carrera. "Me trajeron a Marin cuando tenía 13 años y le aconsejé por un tiempo. Es un gran chico y será un gran tenista", explicó el campeón de Wimbledon en 2001. "Fue un honor practicar con él. Ya era un héroe nacional", responde Cilic. "Me ayudó, sobre todo, a comprender lo mucho que debía trabajar para llegar a la cima. Seis meses después, mi único objetivo era ser número uno del mundo".

Ivanisevic le recomendó viajar a Australia para ejercitarse con Bob Brett, su antiguo maestro. Junto a él comprendió la importancia del trabajo físico, el equilibrio ideal entre potencia y resistencia. Así define Brett a Cilic: "Con 15 años ya era muy bueno, y ya tenía un buen revés. Sabía cómo dominar los puntos y desplazar a su rival, pero le faltaba fuerza". Ljubicic tardó algo más en descubrir su talento. "Le vi en un Challenger en Zagreb y jugó un partido bastante malo", recuerda, "pero sólo una semana después ganó Roland Garros en categoría júnior".

Cuatro años después de aquel prometedor triunfo, Cilic es capaz de batir a un Nadal aún falto de chispa. El mallorquín no supo escapar del bombardeo al que le sometió su rival y permaneció más próximo a los carteles publicitarios que a la zona de definición, comprobando una y otra vez la inutilidad de su golpeo 'liftado' frente a la violencia plana, el camino recto, de su creciente rival, cuartofinalista en el pasado US Open tras derrotar en la ronda anterior a Andy Murray. Ante Nadal firmó su segunda victoria del curso ante un 'top ten'.

Nadal sigue padeciendo las consecuencias de su intermitencia en 2009, la falta de ritmo, de la agresividad que le hizo grande, pero nunca abandona la pista sin morir en el intento. A pesar del golpe, del sonrojante 1-6 y el 'break' encajado en el primer juego del segundo set, el tenista balear se revolvió después, levantó un 0-40 y a continuación dispuso de su primer punto de ruptura del encuentro. No tembló Cilic. Sólo se descompuso, lógico, en el momento de cerrar el encuentro. A pesar de la comodidad del marcador, de un doble 'break' en el segundo parcial, no concretó ninguno de los dos puntos de partido de que dispuso para firmar un definitivo 6-2. Nadal obtuvo su primer juego al resto, aunque de poco sirvió. Cilic atacó de nuevo el benévolo segundo servicio del español y cerró el duelo en una hora y 22 minutos.

La derrota arroja, en cualquier caso, una conclusión positiva para Nadal. Caer en las semifinales del torneo conquistado en 2005 no supone un drama para los organizadores del evento ni para la legión de fans chinos. Pero, sobre todo, alegra a su maltrecho cuerpo, al que una final contra Djokovic -el serbio derrotó a Robin Soderling por un doble 6-3- podría pasar factura en los torneos de primer nivel que se avecinan. La semana que viene, en Shanghai -nueva sede del antiguo Masters Series de Madrid-, el 8 de noviembre en París Bercy y el 22 de ese mismo mes en Londres, nueva ubicación de la Copa Masters.

ÓSCAR FORNET/el mundo deporte


También te puede interesar:
Aviso Legal | @ TeniSpain.com
Clasificaciones | Jugadores | Galerías de fotos | Enlaces | TeniSpain en Google+