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Juan Carlos Ferrero

La resurrección de Juan Carlos Ferrero

Valencia, .- La resurrección de Juan Carlos Ferrero.

Juan Carlos Ferrero ha conseguido dos títulos consecutivos en siete días. Este domingo ganó en Argentina y el anterior, en Brasil. Gracias a estos triunfos, el tenista español vuelve a saborear la victoria, escala al puesto 16 del ranking mundial de la ATP y, lo más importante, tras deambular por el circuito durante un lustro con más pena que gloria, sorprende a los aficionados con una inesperada resurrección deportiva cuando acababa de entrar en la treintena y parecía cerca de la retirada.

Él habló claro tras derrotar este domingo a su compatriota y amigo David Ferrer en Buenos Aires, apuntando a la condición física como clave de estos éxitos: ·He estado trabajando muy duro y siento que puedo estar dentro de la cancha por siempre. Eso ayuda mucho a mi juego porque llego mejor a la pelota y puedo ser más agresivo·, apuntó.

Además, Ferrero dijo que su mejoría física también le ha ayudado ·mentalmente·. ·Me siento muy fuerte y sé que tengo más recursos ahora cuando juego puntos importantes. He estado trabajando con un amigo la parte mental y todo está funcionando·, añadió.

Quizá a mucha gente sea necesario recordárselo pero, justo antes de la irrupción de Rafa Nadal en la élite del tenis mundial, España ya contaba con una joven promesa que llegó a ser número uno del mundo y en el que se tenían depositadas muchas esperanzas. Se trataba precisamente de Juan Carlos Ferrero, valenciano que el pasado 12 de febrero cumplió 30 años.

En 2003, tras cuatro temporadas en el profesionalismo, protagonizó una grandísima temporada donde ganó cuatro títulos (entre ellos Roland Garros y los Masters Series de Monte Carlo y Madrid), llegó a tres finales más (incluida la del US Open) y conquistó más de 4.500 puntos ATP, lo que le sirvió para mantenerse durante ocho semanas al frente del ranking mundial.

Ese mismo año, un semidesconocido Roger Federer ganaba el primero de sus seis Wimbledon, iniciando un reinado que se prolonga hasta nuestros días (con el permiso y la amenaza constante de Nadal).

Estrella de la Davis del 2000
Ferrero había logrado entrar entre los diez primeros del mundo en abril de 2001, meses después de conseguir el punto decisivo que dio a España la primera Copa Davis de su historia (2000), hecho que le reportó gran popularidad entre los españoles.

Pero tras un inicio de carrera digno de un gran campeón, toda su gloria se fue diluyendo inexplicablemente. Primero, por culpa de un 2004 plagado de lesiones que le 'obligó' a abandonar el top-ten justo un año más tarde de haber sido número uno. Y después, por una alarmante pérdida de confianza en su juego que le impidió alzar un trofeo durante seis temporadas.

En octubre de ese, histórico para él, año 2003, Ferrero era un jugador feliz, ganador, a la vez que una referencia del deporte español. Aquel mes, se adjudicó la segunda edición del Masters Series de Madrid, al que ya llegaba como líder del tenis mundial. Quién le iba a decir entonces a 'El Mosquito' (apodado así en el circuito gracias a sus veloces piernas), mientras besaba el trofeo madrileño mirando al resto de tenistas desde lo más alto, que aquel día comenzaría su larga travesía por el desierto.

Una dura travesía que le llevó a divagar por torneos menores, a perder en las primeras rondas de los 'grandes' y a tener que recurrir a la wild card (invitación) para disputar muchos de los torneos importantes. Una degradación deportiva indigna de su categoría tenística que le hizo caer hasta el puesto 115 de la ATP en abril del año pasado, momento en el cual muchos de los jugadores quizá hubieran tirado la toalla.

El regusto de la victoria
Pero Ferrero se repuso y ganó de nuevo. En el Torneo de Casablanca de 2009, volvió a brillar como tenista, llevándose un campeonato cinco años y medio después de aquel de Madrid. Entre medias, sólo había vuelto a parpadear su estrella en contadas ocasiones, siendo dos veces cuartofinalista en Wimbledon (2007 y 2009), participando en la Copa Davis de 2004 (segunda para España) o ganando en tierra al todopoderoso Nadal en primera ronda del Masters de Roma de 2008.

Sin embargo, su recuperación en la segunda mitad del pasado año, le llevó a retornar al equipo nacional de Copa Davis, donde siempre fue un referente hasta su devaluación. Una carambola de lesiones y bajos rendimientos en diversos miembros de la 'Armada', le llevó a disputar el pasado verano el punto decisivo de la eliminatoria de cuartos de final ante Alemania en Marbella. Su mejor cara volvió aquel día a la pista y colaboró, con una vibrante victoria, a que España siguiese su andadura en el que, a la postre, fue su cuarto triunfo en esta prestigiosa competición internacional.

Quizá ese regusto que le volvió a la boca el julio pasado llevó a Ferrero a prepararse física y mentalmente de manera especial durante la pasada pretemporada. Trabajo que está dando sus frutos ahora, con estos dos torneos menores (250 puntos) que ha conseguido y que le colocan en una situación de privilegio de cara a la temporada de tierra batida que acaba de iniciarse. Parece que Ferrero ha visto pasar el último tren y no ha dudado en subirse a él. La suya es la resurrección de todo un número uno.

El Confidencial


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