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I Master Tenis Ciudad de León

El 'niño' vence de nuevo a su ídolo

León, 11/12/2004.- El 'niño' vence de nuevo a su ídolo

Más de uno se tuvo que frotar los ojos para comprobar que todo lo vivido no era un espejismo. Ver en León a dos de las grandes..., al niño que se ha hecho grande jugando la Davis, o a todo un campeón de Roland Garros y finalista del Open de Australia, es para la ciudad de Léon un auténtico privilegio.

Los héroes de la Davis ofrecieron una noche irrepetible, una cita que se recordará durante muchos años por su contenido y significado. Seis días después del triunfo en Sevilla, de levantar la ensaladera, comprobar en acción a estas estrellas en León, resulta para el aficionado al deporte algo muy similar al éxtasis.

Así lo entendió la grada. El pabellón registró un aspecto increíble, con gente sentada en las escaleras, con público buscando entradas en las taquillas cuando ya se había colgado el cartel de no billetes días atrás, con una auténtica riada de personas rumbo a la llamada del deporte de la raqueta.

Comenzó mandando y terminó mandando el más joven en el duelo entre amigos. Nadal se volcó en el revés de Moyá y encontró premio a su insistencia en el único 'break' de la primera de las mangas. Suficiente botín para erigirse como vencedor del primer asalto.

Durante este primer duelo mandó la 'guerra' del primer servicio. El mas certero fue el niño, aunque Moyá salvó más de un juego gracias a sus certeros cañonazos. En esta pista rápida, manda el acierto en los servicios. El más fino iba a tener mucho ganado. Nadal apuró al máximo y sacó provecho, aunque Moyá mantenía el pulso a pesar de haber perdido su servicio, gracias a los errores de un Nadal que buscaba en todos sus golpes la perfección.

La grada estalló cuando se cumplían cincuenta minutos de partido. Nadal optó por cambiar de camiseta y las féminas elevaron el tono de sus adjetivos calificativos hasta límites insospechados. A los pocos segundos, tocó el turno a un nuevo protagonista, el miedo. Terror que se apoderó del pabellón porque Moyá llamó al fisioterapeuta por problemas en uno de sus tobillos. Fue una falsa alarma, o un truco de la producción del torneo porque nada más regresar a la pista, el número cinco del mundo protagonizó dos carreras espectaculares que acabaron en sendos golpes ganadores. Rafa ni se asustó, se refugio en la potencia de su servicio y acabó imponiéndose en el cuarto juego del segundo set. El electrónico señalaba por entonces dos a dos.

Nadal volvió a la carga en el noveno juego del segundo set. Fue el más bello del encuentro. El niño remató la faena con un dejada y un passing bellísimo. Moyá sólo pudo alargar la agonía con un saque directo porque su alumno continúa en estado de gracia permanente. El niño cerró el partido con su saque y sumó su tercera victoria ante el tenista que más admira del circuito.

Una vez en la sala de prensa, el niño reconoció que se está «soltando», y que su servicio «empieza a estar al nivel que busco, he mejorado mucho el saque y en partidos de este tipo, sobre una superficie complicada, donde los puntos se deciden en pocas bolas es fundamental».

Respecto a la final que hoy le enfrentará a Verdasco, Nadal se mostró prudente a pesar de haber demostrado ser el tenista de la 'armada' más en forma en estos momentos: «Será complicado de ganar, esta en buena forma como ha demostrado hoy (por ayer) al vencer a Feliciano. Ha mejorado mucho, también el servicio, y será complicado».

El niño, que afirmó sentirse «muy contento con la victoria», promete seguir dando guerra: «Hay que seguir trabajando, después de Basilea sólo pude descansar cinco días antes de ponerme a preparar la Davis. Pero me ha servido para coger mejor nivel en mi juego y el objetivo ahora es Australia».

Por su parte, Carlos Moyá, que aseguró que llegaba a León «con mucha ilusión», no pudo sino alabar el juego de su rival: «Parece que se encuentra muy cómodo en estas pistas. Yo también he tenido mala suerte, pero lo importante es que el público se lo ha pasado bien».